Sentado en la orilla de mi vida, miraba pasar los autos, los peces, dinosaurios;
solo me quedaba tomar mi banquito de madera,
caminar unos pasos y ubicarme ahí
hasta q la noche tumbara las ganas de la rutina
y me marchase a esperar el nuevo día en las mismas condiciones:
siempre igual…siempre el mismo sabor,
pero sigo paradito ahí sin pensar siquiera en moverme.
Los años ya me pesan, pero y q quien no?!...
mas serán realmente los años los que pesan
o la amargura de no ir mas allá por lo que se quiere??
Que pasara si cruzo la calle,
Que pasara si cruzo la calle,
y la ciudad,
y la provincia,
llegare donde sueño?;
mi boina es lo único con movimiento en este lugar ventiscoso…
que lindo auto!... Siempre quise uno color rojo,
quizás ese auto me habría dado la pasión q no he tenido nunca,
pero ya no vale la pena estar lamentándome
el no haberme levantado con ganas de exigir lo q me merecía;
siempre fui un trabajador “de oficina”,
pero con alma aventurera.
Por qué no tome ese camino que me tiraba??
sin ir mas lejos, todos tenemos esa vocación de “servicio”,
aunque lamentablemente pocos los afortunados q la toman,
la receta de la “weli” la llaman por ahí,
otros mas metafóricos le dicen ser pescado y pescador,
pero bueno…ya se acerca la hora y tendré que moverme de aquí…
mi mama viene
como todos los días
a “adormecerme” para ir a soñar un momento al colegio,
porqué no me dejan seguir con mi juego de niño
con bastón de adulto, queda todo un caminar por delante…
en este tiempo lamentablemente
decido que será de mi
hasta aquel momento de ver pasar la vida;
la carne se me aprieta,
pero mas vale tomar mi banco he irme a “refugiar” al colegio,
sino, me punzara el estomago todo el día.
Tomare mi apoyo,
tomare mi frazada,
caminare lentamente
y viajare con mi mochila al encuentro de la campana…
la micro! Adiós mama!!